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Channel: Y encima se llamaba Alabama » David Fincher
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La escena del mes: los créditos de Millennium

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(por Ibán Manzano)

No creo que a nadie le haya sorprendido que los créditos de Millennium. Los hombres que no amaban a las mujeres sean una pasada. Estamos acostumbrados a ello, David Ficher es un viejo zorro en la materia. Con los créditos de Se7en creó escuela, con los de El Club de la lucha nos reventó (literalmente) la cabeza y pocas veces hemos sentido tanta falta de afecto como con los primeros acordes de La red social. Es bastante fácil comprender qué fue lo que atrajo a Ficher de la saga literaria Millennium de Stieg Larsson, gracias a ella suma un nuevo capítulo a su (por el momento) trilogía sobre el psychokiller, con Se7en y Zodiac como joyas de la corona. Esta vez bajo un nuevo clima de violencia y sexo inquietante, con la traumas del viejo continente (nazismo, secretos familiares) colisionando con una Europa en proceso de tecnologización. Lisbeth Salander y Mikael Blomqvist son dos criaturas que, como el como el mínimo común múltiplo de su filmografía, aspiran a un refugio en una narrativa que los expulsa una y otra vez.

Hay varios problemas objetivos en Los hombres que no amaban a las mujeres que evitan que llegue a ser una película mayor, pese a su indiscutible coherencia dentro de la carrera de Fincher y su metalizada personalidad. Quizás el más evidente sea la borrachera de trama que sufre, efecto colateral de la fidelidad al original. Lo bueno es que pese a ello, este thriller, acerado como una navaja, deja espacio a Fincher para volcar sus principales obsesiones cyberpunk, ese nuevo lenguaje poshumano del que el Mark Zuckerberg de La red social era corresponsable. Un lenguaje que se deja sentir en la permanente tensión entre recuerdos analógicos y su reinterpretación digital, en el hackeo como principal demostración de cariño, en las automutilaciones en forma de tatuajes y piercings con los que Lisbeth construye su identidad y por supuesto en los explosivos créditos de apertura. Una demencial macarrada de tecnología y sexualidad canibal.


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